Cristina, Paola y Mariela Toledo

Cristina, Mariela y Paola crecieron en un ambiente familiar abierto, donde se les inculcó desde temprana edad el valor de ser libres e independientes y, al mismo tiempo, apoyarse entre sí y apoyar a otras personas. Hijas de empresarios y rodeadas de emprendedores, desarrollaron desde jóvenes intereses ligados tanto al deseo de formar proyectos como el de aportar algo al país. Las tres concuerdan en que quieren “dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron”.

Fotografía: Javier Asturias.

Mientras Cristina, conocida como Cristinona, es empresaria, escritora y coach, Mariela es empresaria y diseñadora de bolsos. Además, trabaja en la empresa familiar, la cual se dedica a la elaboración de cinturones de cuero. Paola, por otro lado, es integrante de una plataforma de pagos por internet y dirige a nivel nacional un proyecto de servicio financiero. Y si bien cada una se ha desarrollado en un área distinta y sus influencias abarcan esferas también distintas de la sociedad, todas coinciden en que entre sus prioridades siempre estuvo seguir su pasión y velar por su independencia financiera, lo que las llevó a tener la seguridad de elegir lo que más les gustaba como un camino para desarrollarse. Comparten, además, experiencias de vida que nutren su sentido de compañerismo y sus capacidades creativas, las cuales, dicen, se complementan. Además de ser hermanas, son amigas y cómplices. Desde niñas fueron parte de cómo cada una fue descubriendo sus intereses y siendo muy jóvenes comenzaron a imaginar juntas lo que querían dejar como legado. Incluso elaboraron una lista en la que colocaron, entre otras cosas: impactar la vida de otras mujeres, ayudar a un millón de niñas en Guatemala con algún proyecto, comenzar un fondo de inversión de impacto juntas y formar un centro de bienestar.

Cristina se considera hoy a sí misma como un “alma en constante expansión”. Pero esta no es solo una idea que la inspira sino una práctica, la cual cultiva tanto en ella misma como en otras personas desde las actividades que realiza como dream execution coach y desde su podcast Inktuition. A través de estos canales busca aportar a un trabajo de sanación generacional que considera necesario para que los y las jóvenes rompan con patrones y trabajen en reparar los daños y las consecuencias de errores heredados, preservando legados que sí valen la pena para construir una mejor sociedad. Las mujeres, opina, deben participar de un proceso de autosanación que les permita alcanzar su libertad y empoderamiento de modo que puedan alzar su voz y “comerse al mundo”. Esto es primordial para que puedan diseñar sus propias vidas en lugar de guiarse por patrones pre-establecidos por la sociedad. Se trata de que todas las mujeres tengan herramientas para expandirse y realizarse. Esto tiene que ver con desarrollar, como Cristina lo ha hecho, la capacidad de identificar y cultivar el amor, la paz y la gratitud, emociones que “vibran alto” y atraen otras emociones y experiencias positivas. Como escritora, Cristina considera que lo más valioso es recordar que la historia de la propia vida está en las manos de cada persona, como al sostener una pluma, y que cada quien puede elegir su propio destino. Es así que ella acompaña estos procesos, posibilitando que otras personas conecten entre sí y se expandan.

Fotografía: Javier Asturias.

De manera similar, Paola dice que su rol en el mundo es el de conectar con personas y ayudar a que las personas se conecten entre sí, tanto a nivel personal como profesional. Se mira a sí misma como alguien que impulsa ecosistemas y experiencias para conectar y es fiel creyente en el network effect. Esta cualidad, entre otras, la hace identificarse con otras mujeres de su generación que buscan la igualdad y la independencia, “mujeres ambiciosas que persiguen encontrar su propio valor para darse su espacio en la sociedad y el trabajo”, apunta.

Como parte del equipo de Recurrente, Paola vela por la educación e inclusión financiera del país en su día a día. Recurrente es una plataforma de pagos que le permite a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) recibir pagos en tarjeta de manera fácil, automatizada y segura por medio de link de pago o código QR. En este proyecto de emprendimiento social consiguió hacer realidad el sueño de infancia de ser emprendedora y ayudar a alguna causa en Guatemala, integrando las dos cosas.  Desde pequeña, cuenta, las personas a su alrededor le decían que podría llegar a cambiar el mundo y ella, agrega, se la creyó. Ha tenido esto presente al tomar decisiones sobre su carrera, siempre alineándose con ese propósito. Estudió en Babson, una universidad reconocida por su formación de emprendedores y luego trabajó en una empresa financiera en Miami pero no fue sino hasta que se tomó un sabático en Uganda, junto a su hermana Mariela, y estuvo expuesta a soluciones fintech que transformaron las vidas de gente no bancarizada en el este de África, que se dio cuenta de lo que podía lograr integrando sus conocimientos en finanza y su deseo de aportar a la sociedad. Hoy es también directora de Asociación Fintech Guatemala, una organización que agrupa a fundadores de empresas de tecnología financiera, bancos y el regulador del país para fomentar el ecosistema fintech de Guatemala.

Su mantra de vida, subraya Paola, es “ser luz para poder dar luz” y explica que se trata de enfocarse en “llenar su propio vaso antes de poder llenar el de otros”. Desde su trabajo le preocupa especialmente la situación de las mujeres, quienes tienden a padecer más de la inestabilidad financiera y de las consecuencias de ello sobre sí mismas y, si los tienen, sobre sus hijos. “La independencia financiera nos brinda libertad y nos impulsa para tomar muchas otras decisiones que tienen un impacto positivo en la vida en general”, dice.

Vestido: Rue Cambon Gowns
Zapatos: Pretty Ballerinas
Fotografía: Javier Asturias

Mariela, por su parte, se dedica a su empresa de diseño de The Eleventh, la cual se enfoca en la sostenibilidad y, a través de esto, del cuidado del medio ambiente. Explica que ello requiere preocuparse tanto por el origen de los materiales hasta cómo se producen y su durabilidad. Mariela trabaja con artesanos guatemaltecos para producir sus bolsas a mano siguiendo un modelo de moda circular y “slow fashion”.

La conciencia por la naturaleza ha sido parte de su carácter desde siempre. Fue esa conciencia la que la hizo darse cuenta desde que se interesó por la moda que esta era una industria con grandes efectos contaminantes en el planeta. Influida, además, por el negocio familiar, desde joven supo que quería trabajar en hacer que las cosas se hicieran de otra manera. La sostenibilidad es prioridad en su negocio tanto como en su estilo de vida.

Mariela es creyente que la mejor manera de aportar a su entorno es trabajando en ella misma, siendo su “yo más auténtico” tanto en su vida personal como en negocios. Nos recuerda, sin embargo, que los procesos no son lineales y que todo tiene su propio ritmo por lo que no vale la pena frustrarse o sentirse estancada cuando las cosas no salen siempre como se espera. Desde fuera una no ve todo lo que pasa dentro de una persona o de una empresa, y lo único que podemos hacer es nuestro mejor esfuerzo con las herramientas que tenemos en el momento.