Los colores de Maya Loom
Gabriela González es diseñadora de interiores, eligió este camino por su inclinación en el interiorismo y distribución de espacios, “desde muy pequeña me llamó la atención”, cuenta. Al inicio de su carrera trabajó con una arquitecta, después en bienes y raíces hasta que encontró su camino en el diseño de accesorios del hogar. En Maya Loom está encargada de producción, ventas, atención al cliente y redes sociales.
Sus mañanas inician temprano. Entre sus prioridades se encuentra realizar su rutina de ejercicios pues le ayuda a tener un mejor desempeño laboral. Dependiendo del día, puede estar supervisando la producción en la ciudad o en algún departamento, “aprovecho sacar el mayor provecho en cada visita: tomar fotografías que cuentan historias y así poder transmitir la esencia de Maya Loom”.
Una mesa bien servida
Su mamá y abuelita alimentaron el deseo de ser diseñadora por su ejemplo, “desde pequeña las veía entusiasmarse por decorar ambientes para la familia e invitados, para que disfrutaran de un lugar ameno”, recuerda Gabriela.
Siempre le llamó la atención una vajilla antigua de su mamá. Eran los detalles, los colores los que atrapaban a cualquier que las viera. Se preguntaba ¿de dónde vendrá la pieza?, ¿quién la fabricará?, ¿qué materiales usarán? Y la vida las ha respondido día a día con el trabajo que desempeña.
Hace tres años, su actual socia la contrató para que decorara un apartamento y le presentó las telas de The New Denim Project. Le encantaron. Ambas pensaron que podían generar algo innovador con los textiles. Buscaron a una persona que se encargara del diseño y así nació el proyecto de accesorios de casa, desde cerámica hasta cojines.
Este año expusieron sus productos en la feria de decoración New York Now, en Nueva York. Aunque significó una inversión grande los resultados fueron inesperados: varias puertas se abrieron y demostraron que en el país se pueden realizar grandes diseños contemporáneos.
Gabriela González de Maya Loom
Los textiles de Guatemala
A través del proyecto cambió su percepción del país, “al iniciar, no tenía noción de la riqueza de nuestro país y el potencial de nuestros artesanos, de sus ideas y forma de pensar. Al darle el toque final, influyen enormemente en el diseño y arte de nuestros productos. Empecé a disfrutar más los paisajes, las personas y la diversidad que existe en Guatemala”, cuenta Gabriela.
Las personas que han influido, fuera de su familia, en su trabajo han sido sus socias Emma Gutiérrez, como diseñadora y Lichi Samayoa, al frente de la administración. Ha aprendido de ellas y las admira. Le han enseñado que, como socias, se debe trabajar en equipo, superando retos a base de comunicación y entendimiento. También admira a las artesanas que forman parte del equipo por su talento y tiempo, también por su esfuerzo en producir piezas de alta calidad.
Su empresa empodera a las mujeres porque “es una iniciativa creada por mujeres y la mayor mano de obra en textil es realizada por mujeres. Guatemala posee una cultura machista y el trabajo artesanal ha venido a ser una fuente de ingresos extra para las familia, de esta forma inicia un cambio para las próximas generaciones”.