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 dentro de Mujeres, Must Read, Woman to Watch

“No es un blog de chismes, no es un blog de mi vida, tampoco es un blog de mamás o un blog de moda. Es una plataforma pensada para que las mujeres podamos empoderarnos unas a otras, a través de relatos y testimonios personales que generen un mensaje inspirador para todas sus lectoras”, explica Annie Morales, fundadora de S.H.E. Este texto se desprende de su pluma.

 

Todo comienzo es difícil y por eso voy a dar el primer paso contando un poco sobre la historia detrás de este movimiento. Inició por tres razones: una promesa, un remordimiento y una obligación.

El 14 de noviembre de 2016 nació mi hija, Mía, una bebé divina y perfecta que vino a llenar nuestras vidas de alegría y amor. A los tres días, el pediatra le escuchó un soplo en el corazón y, desde esa fecha hasta el 28 del mismo mes, sólo recibí un diagnóstico peor que el otro. Hasta llegar a las peores palabras que he escuchado en mi vida: “Mía murió”.

Dicho esto, debo aclarar que la idea de este blog no nace a raíz de la muerte de Mía, ni es dedicado sólo a mamás que han perdido un hijo. Nace, no por la muerte de Mía, más bien por su vida. Porque engendré a una mujer preciosa y perfecta que vino a darme una lección muy importante.

Mi nombre es Annie Morales y soy maquillista. Mi vida gira alrededor de mujeres; mujeres con quienes trabajo, a quienes atiendo y (perdón por la expresión), a quienes aguanto.

No es nada nuevo decir que el drama abunda en la vida de las mujeres y que las lágrimas, los chismes y los cambios de humor, son eventualidades con las que lidiamos a diario.

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Por estas razones, siempre dije que NO quería tener hijas –suficiente con el drama con el que vivía de lunes a sábado; simplemente no quería ese drama en mi casa. Para estrenar mi maternidad, la vida me dio un hijo divino llamado Sebastián: el niño más lindo del mundo; noble, “easygoing”, una personita a quien sólo le pongo un pantalón y una t-shirt, le paso la mano con agua en el pelo y listo, ¡vámonos!. Me daba muchísima pereza pensar en tener una niña a quien “aguantar” en la casa. ¿Cola o trenza?, ¿listón o moña?, ¿ganchito o diadema? ¡Y solo vamos por el pelo! No entremos en el tema de la ropa, los zapatos, los accesorios, etc. etc. etc.

En fin, siempre dije que quería tener sólo hijos hombres. Entonces, con mi segundo embarazo, cuando me enteré que estaba esperando a una niña, me sentí casi castigada por la vida y es aquí donde entra la parte del remordimiento.

Después de que Mía murió y empecé con las respectivas citas con la psicóloga, trabajamos sobre el porqué de mi remordimiento (se imaginan cómo podía sentirme: después de no haber querido una hija, que ella haya muerto).

Nos dimos cuenta que, en gran parte, era porque las mujeres me daban lástima. Sí, lástima por ser tan dramáticas, lástima por ser tan complicadas, lástima por tener que llenar tantos papeles en la sociedad, lástima por tener que escoger entre ser profesionales o amas de casa. Lástima por sentirnos culpables de estar con unas libras de más, lástima por tantos estereotipos que se nos imponen y por tantos ideales inalcanzables que nos imponemos nosotras mismas.

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Cuando Mía nació, me cambio la vida y la perspectiva. Vi en ella una compañera, una mujercita que, a su corta edad, movió a mucha gente. La imaginé graduándose, casándose y convirtiéndose en mamá. Vi para ella una vida llena de amor, de ternura y alegría, y tendré esa imagen en la mente por el resto de mis días.

La vida que vi en ella, era la vida de una mujer libre, sin culpas, sin complejos, sin drama y sin complicaciones. Durante los días que pasamos juntas en el hospital, le prometí una vida así.

Y es aquí donde viene la parte de la promesa: aunque no pueda hacer lo posible por cumplirla para su vida, espero cumplirla en la mía y en la vida de las mujeres que tengo alrededor.

Ahora entienden mi sentido de obligación. Por todas estas razones inauguré esta plataforma, esperando poder sembrar una semillita de esa vida que le prometí a mi hija: “la vida de una mujer segura de sí misma, sin complejos, sin ataduras y sin remordimientos. La vida de una mujer empoderada, inspirada, libre y feliz”.

www.seeherempowered.com

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