Jayro Bustamante La Casa de Producción
El detrás de las historias cotidianas
Siempre estuvo convencido de que contar cuentos era lo que quería hacer, ya fuera de manera oral, escrita o visual, y por ende la cinematografía fue lo que le dio todas estas posibilidades para un mismo sueño.
Si algo caracteriza a Jayro Bustamante, además de un temple calmado y humildad, es la capacidad que tiene, junto al equipo que le acompaña, de hacer sentir, de despertar emociones, de generar una reacción una vez que se concluye de ver una de sus obras, como Ixcanul y ahora Temblores de La Casa de Producción.
Creció en Panajachel, departamento de Sololá, con la libertad de movilidad, en donde gran parte de la población es de pueblos originarios y el resto se divide entre mestizos y foráneos. Asegura que al comienzo le parecía raro haber identificado su pasión muy rápido, pero sabía que era cine lo que quería hacer porque nunca se aburrió de él.
Jayro comparte que cerca de donde vivía “había una sala en un bar en donde los turistas dejaban VHS y podías llegar a beber algo y poner la película que quisieras, ahí fue donde comencé a ver producciones europeas, seguramente no aptas para niños, pero me di cuenta que no todo se trataba de superhéroes”.
Hoy, es un cineasta reconocido y galardonado, pero más allá de eso, es un ser humano interesado en contar la realidad del país, pues con su trabajo revela el detrás de muchas historias que pasan desapercibidas.
Un universo que existe en la mente
- Jayro, ¿qué te inspira?
- En las historias de Guatemala, porque aún no logro entender cómo es que no queremos avanzar. Hay cosas que me parecen se pueden solucionar con empatía y humanidad.
Para el director y guionista, los acontecimientos locales son un tema importante que busca exponer y compartir con el fin de comunicar, no solo lo que él tiene en mente, sino lo que verdaderamente sucede. Esto lo consigue con la habilidad creativa de convertir una idea en algo tangible y accesible a los demás.
Las producciones que hasta ahora ha hecho han servido para dar a conocer realidades del contexto social. Por ejemplo, la película Ixcanul puso sobre la mesa el tema del matrimonio en menores de edad; y, a la vez, se convirtió en una fundación en el altiplano que fomenta la creatividad en las niñas a través del cine.
Jayro confiesa que para generar el impacto que se espera, la creatividad tiene que llegar a un punto de maduración que debe ser arbitrado de manera consciente por uno mismo, sobre todo cuando se trata de un medio de comunicación en el que se puede decir más de lo que se quiere o viceversa.
