WHO’S THAT FASHION GIRL: VICKY GUEVARA
Vicky Guevara salió de su natal Argentina para mudarse a Guatemala hace 15 años. En aquél entonces, a su esposo se le presentó la oportunidad de desarrollar un proyecto en el país.
Solo tenían un mes y medio de estar de novios pero, sin pensarlo mucho, decidió acompañarlo en este proyecto, “me vine convencida de la relación pero con el boleto de regreso por si acaso”, cuenta Vicky. Guatemala entonces se ha convertido en su hogar y el lugar que vio crecer su amor.
Vicky nació en Laboulaye, un pueblo pequeño ubicado en la provincia de Córdoba en el centro de Argentina. Allí no había universidad, así que la tradición era que los jóvenes, al terminar la secundaria, se iban a vivir a una gran ciudad. Es así como Vicky empacó sus maletas y se fue a Córdoba a estudiar Licenciatura en Turismo y Hotelería, porque le gustaba viajar. Siempre se sintió atraída por la moda, tanto así, que optó por trabajar en tiendas de ropa mientras terminaba su carrera. Una vez recibida, trabajó como Directora de Turismo de una localidad turística de la Provincia de Córdoba. Al tiempo decidió ir a visitar a una amiga en Miami, vivió allí por un período trabajando en el mundo de la moda. Luego se le presentó la posibilidad de ir a México y ahí emprendió un viaje a solas por todo el sur del país. Conoció Puebla, Oaxaca, Acapulco y muchos otros lugares. Llegando finalmente a Playa del Carmen. “ El viajar sola te cambia la cabeza” relata Vicky “sólo sos vos y tus circunstancias y al salir de tu zona de confort tienes que lidiar con esas circunstancias.” Eran otros tiempos, el internet no estaba tan accesible, por lo que para llegar a cualquier lugar requería el uso de las Guías Turísticas del país así como también de mapas, lo mismo sucedió con el hospedaje. En ese viaje, ella se probó a sí misma hasta dónde podía llegar. “ ¿Sabes lo que descubrí? Que cuando te propones algo de verdad, se logra”. En Playa del Carmen trabajó en la recepción de un hotel y al tiempo regresó a Buenos Aires donde trabajó como ayudante en el backstage de desfiles de modas. “Para mí, esa experiencia fue reveladora”, relata.
“Me di cuenta que a mis amigas, les encantaba salir de compras conmigo porque tenía buen ojo y además siempre fui muy sincera, esto si te queda, esto no te queda.’ Ahí descubrí que además de vender me encantaba asesorar.” Esas experiencias fueron definiendo el rumbo de Vicky y ya en Guatemala decidió estudiar Asesosra de Imagen y Personal Shopper a distancia en un Instituto de Madrid. Para Vicky, la asesoría de imagen es algo más que ser un consejero o consultor de lo que te queda bien y de lo que te queda mal, según ella “la gente cree que es una profesión frívola, pero en realidad es bien importante debido a que la imagen personal está asociado a la proyección visual y espiritual de la personalidad de cada quien, es decir es tu carta de presentación.” La mayoría de las clientas que la contratan están buscando un cambio de imagen ya sea porque no les gusta cómo es su estilo, cómo se visten o no se sienten cómodas con su cuerpo. “Cuando comienzas a hablar con tus clientes” explica “dejas de ser la asesora de imagen para pasar a ser una amiga, su confidente” finaliza. El armario de los clientes es algo sumamente íntimo, personal esto significa que contiene mucha información de esa persona y como asesora ella siempre prefiere comenzar su trabajo allí, porque esto le permite conocer más rápidamente sobre los gustos, estilo de sus clientes. “Estando allí puedes ver con más claridad las necesidades que tienen tus clientes, exclama. “Ser un buen asesor significa ser empático con la persona que se tiene adelante, no se trata de imponer nada, sólo se trata de proyectar mediante la imagen lo que tu cliente quiere transmitir” dice ella. Por esta razón, Vicky sabe que su trabajo no es cualquier trabajo. Más allá de asesorar la imagen de una persona, la asesoría también termina siendo un proceso de enseñanza y aprendizaje del cliente hacia sí mismo. “Elegir la ropa, accesorios correctos, zapatos, etc. Son elementos que va a ayudar a que la imagen deseada se vaya haciendo realidad” dice Vicky.
De esta manera, Vicky se encarga en definitiva de subir el autoestima de sus clientes para que ellos recuperen su confianza y mejoren su autoimagen. “La mayor satisfacción de todo este proceso es cuando mis clientes se prueban outfits nuevos y se miran al espejo, ver esas caras de asombro, esas sonrisas, esos son los momentos que me llenan el alma y me confirman que estoy haciendo un buen trabajo” explica. Para Vicky tener confianza con ella misma no ha sido un problema. “Pasé por muchas etapas. Pero hoy me doy cuenta de qué es lo que vale la pena. Con el tiempo aprendes a escoger tus batallas, cuáles pelear y cuáles dejar ir”, explica la asesora “sé que no tengo que demostrar nada a nadie, esto es lo que soy.” Según ella, haberse convertido en una mujer independiente a tan joven edad contribuyó a que pudiese adquirir esa seguridad y confianza en sí misma.
Fue ese carácter y decisión que la animó a venir a Guatemala. “Yo no pertenezco a nadie y no tengo arraigo a un lugar” cuenta “siento que soy parte del mundo”. Como madre, trata de transmitir esos valores a sus hijos y como esposa fomenta una dinámica de respeto mutuo. Según ella, la vida marital es un triángulo. Una esquina es el cónyuge, la otra es uno mismo y la tercera es la pareja. “ Cuando una de las personas desaparece, es que deja de funcionar. O vos te mimetizas con él o él a vos o no hay un nosotros, entonces ahí es cuando comienzan los problemas” explica. Vicky es madre de tres niños, de 11, 8 y 5 años de edad. “Cada uno es distinto y con su propia personalidad” dice “aunque los valores y la crianza sea la misma, la forma de cómo cada uno lo absorbe es distinta. Fomentamos mucho que sean amigos y se protejan”. Hoy se toma la maternidad de manera tranquila y con los pies en la tierra, pero no siempre fue así. “Primero creía que tenía que ser una mamá perfecta y esto me generó una gran presión. Mis hijos me enseñaron que no necesitan una mamá perfecta, lo que necesitan es una mamá. Una que los ame y les de cariño, que esté con ellos y comparta momentos juntos”.
Durante esa época, Vicky no se daba cuenta que su vida giraba alrededor de sus hijos. Hasta que un día su hijo mayor le preguntó algo que hizo temblar su suelo. “Él me preguntó ‘y vos ¿Qué sos?” A lo que ella le respondió con otra pregunta “¿Cómo así?”- Su hijo le dijo “o sea, vos no haces nada, sólo estás con nosotros”. Ese día Vicky entendió que debía cambiar el rumbo de su vida. “Le dije a mi esposo ‘yo no quiero esto’. Quiero que sepan que también tengo sueños, qué es lo que me gusta hacer, qué me divierte”. Inició en ella un proceso de redescubrimiento de sí misma, en el cual dejó atrás toda la culpa que sentía, “Yo creo que para toda madre, los hijos y la culpa nacen el mismo día” dice “al final le pasas la culpa a los niños o se terminan creyendo que vos sos una extensión de ellos y pasan a ser niños mamá-dependientes.” De esta manera, Vicky comenzó a volver a hacer las cosas que a ella le gustaban y a poner ciertos límites. “Fue un cambio que terminó repercutiendo a todos en la familia porque había que darle lugar a ‘Vicky’ como ser individual”. Vicky es creyente del crecimiento individual y está convencida que la autocrítica es la mejor enseñanza para ser mejor persona. En ese sentido, ella siente que en Guatemala existe mucha presión por parte de la sociedad y eso lo ve a diario con sus clientes. Sobretodo con las mujeres de 30 años en adelante y después de haber tenido a su primer bebé, que se acercan a ella para solicitarle asesoría porque están atadas a un “Estilo Mamá” y no saben cómo salirse de él. “El estilo mamá
NO existe y no hay que inventarlo, creo que esto tiene que ver con la presión social del ¿qué dirán?, ¿qué va decir mi suegra?, ¿qué piensa mi prima de esa blusa?… es agobiante”. Afortunadamente, siente que las nuevas generaciones están cambiando los estereotipos. “Ahora el rollo es el crecimiento personal. Los jóvenes optan por estudiar, viajar y salir de su zona de confort que en definitiva es lo que los va a hacer crecer. Ya no tienen a mamá y papá para que le resuelvan todo. Esto te prepara al mundo real y es lo que les enseño a mis hijos a diario. En casa todo el mundo colabora, necesito que ellos no sean inútiles sino independientes. La realidad es que están inmersos en una burbuja donde todo es fácil pero el mundo real no es así y necesitamos prepararlos para que puedan lidiar con ‘ese’ mundo” termina.
Consejos para las lectoras
* Sé fiel a ti misma. No actúes de acuerdo a lo que los otros esperan de ti.
* Si lo que está trendy no te queda bien, no pasa nada, puedes lucir bien con otras prendas. Hoy en día hay mucha oferta de opciones para todos los estilos y tipos de cuerpos.
* Cuando busques una Asesora de Imagen trata de identificarte con ella, es decir ella tiene que tener algo que haga conexión contigo.
*Cambiar texto a: no pierdas el tiempo mirando lo que hace el otro porque descuidarás lo que tienes que hacer tú
* Para lucir bien no necesitas vestirte con marcas premium o tener mucho dinero, necesitas conocerte, saber qué estilo te sienta bien, qué le queda bien a cuerpo, que te gusta, saber combinar.
* Sigue tus sueños, no te des por vencida.