Jean-Marie Simon: Documentando la guerra en Guatemala

 dentro de Woman to Watch

Guatemala vivió durante 36 años un Conflicto Armado Interno en el que la población fue víctima de masacres, asesinatos, desapariciones forzadas y miles de violaciones a los derechos humanos. No fue una guerra en la que un Estado ataca a otro, sino un conflicto en el que se mataban entre hermanos, en donde el país estaba dividido por ideologías y tu forma de pensar podía ser tu sentencia de muerte. Hoy en día nos sería muy difícil recordar la historia de represión y dolor que se vivió en el país, si no contáramos con el testimonio gráfico de lo que sucedido. Si cualquiera se da a la tarea de buscar imágenes de la historia de Guatemala en la década de los 80’s, sin duda alguna se topará con el nombre de Jean-Marie Simon.

Jean-Marie estudió lingüística en la Universidad de Georgetown, en Washington D.C., y al graduarse se fue como becaria a Ecuador durante un año. Viajó con una cámara de fotos muy barata y se enamoró de la fotografía. “Cuando vuelvo a Estados Unidos decido hacerme fotógrafa. Me mudé a Nueva York a un apartamento chiquitito en Manhattan y conseguí trabajo de mesera. Trabajaba 5 días a la semana, ahorraba mis propinas y no gastaba en nada innecesario, entonces en 9 meses ahorré lo suficiente para comprarme cámaras y para sostenerme un año mientras yo me auto enseñaba sobre fotografía en blanco y negro. Lo hice yéndome a manifestaciones, a reuniones de organizaciones como la ONU, a Amnistía Internacional, etc. A la par de eso, trabajaba con un fotógrafo muy famoso, Rick Smolan”.

Mientras pasaba más tiempo cubriendo estas organizaciones en Nueva York, Jean- Marie se interesó por Centroamérica, pues era una región que estaba “sonando” mucho en esa época por sus conflictos internos. Ella comentó que estaba interesada en viajar a El Salvador, sin embargo le recomendaron que viajara a Guatemala. “Yo no sabía nada de Guatemala, pero me dijeron que allá la situación era grave y que casi no había gente que estuviera cubriendo y les informara de los hechos. Así que me decidí y me preparé para Guatemala. En Amnistía tenían mucho miedo que me pasara algo e insistieron en darme consejos, contactos y me recomendaron cambiar de hotel una vez a la semana”. 

Jean-Marie llegó a Guatemala en 1980, durante el gobierno de Lucas García. Tomó un taxi del aeropuerto al Hotel Fiesta y empezó a buscar información. “Al principio nadie me quería hablar, algunos de los contactos que traía habían huido del país y otros no me tenían confianza porque no entendían qué hacia una chica de 26 años en un lugar donde todos estaban desapareciendo. El ejército no me tenía confianza porque era todavía época de Jimmy Carter quien había condicionado la ayuda militar y la izquierda tampoco me tenía confianza porque pensaban que era colaboradora de la CIA. Creí que no iba a poder avanzar con el trabajo que venía a hacer, sin embargo, a los pocos días de estar aquí, Daniel Jensen, un cura, vino a mi hotel y me dijo que tenía muchos contactos y que me iba a ayudar. Me dijo que no podíamos utilizar mi nombre y que tenía que utilizar un pseudónimo, así que por mucho tiempo en Guatemala yo fui ‘Susana’”.

Durante su primera estadía en Guatemala, Jean-Marie fue conociendo más a fondo el tema del conflicto y poco a poco las personas le iban teniendo más confianza, sin embargo, no dejaban que los fotografiara. “Las únicas que tengo son del PGT (Partido Guatemalteco de Trabajo). Ellos me recogieron en una esquina equis de la zona 1, yo tenía en la mano una copia de la revista Time y un clavel para que me reconocieran. Me subieron a un carro blindando, me taparon los ojos, luego me bajaron y me cambiaron de carro y me llevaron a un lugar a unos 45 minutos fuera de la ciudad. Estábamos en medio de la nada, solo se escuchaba el sonido de los pinos que estaban en el lugar. Habían personas encapuchadas y una mina Claymor sobre la mesa. Allí„ me dieron un discurso ideológico durante dos horas y luego me regresaron a mi hotel. Son las primeras fotos que tengo”.


“Hubo un desequilibro enorme y visible, en lo que tenía a su disposición el ejército y lo que tenía la guerrilla. Muy poca gente en la guerrilla estaba bien armada, algunos solo tenían palos.”

 En marzo de 1981 volvió a Estados Unidos sin dinero y sin cámaras, pues las había vendido para sostenerse mientras estuvo en Guatemala. Sin embargo, para las elecciones de 1982 la revista Time estaba contratando para cubrir dicho evento. “El día de las elecciones de marzo del 82 me dijeron que fuera a las urnas a fotografiar a las personas votando, pero me pareció muy aburrido. Ya con la confianza del EGP se habían ofrecido a llevarme a las montañas con ellos, estuve 5 días fotografiando a un grupo guerrillero en Chichicastenango y la revista Time me despidió porque no tenía nada que enseñar de las elecciones”.

Mientras estaba en su hotel ubicado en la zona 1, oyó unos ruidos, se asomó a la calle, y le comentaron que se estaba dando un golpe de estado. “Casi todos los periodistas ya se habían ido a El Salvador y solo unos pocos periodistas pasamos el día en el parque viendo el golpe. Volaban aviones, pero no hubo balas, no hubo nada y a mí me pareció el golpe de estado más aburrido. A las 3 o 4 de la tarde viene Ríos Montt caminando por la calle, vestido de civil, y entra al Palacio. Llamaron a una conferencia, nos dejaron entrar y quedamos muy cerca de él. La conferencia también me pareció aburrida. Al llegar al hotel me llama Susan Meiselas, una reconocida fotógrafa, le conté que había sido un golpe muy aburrido y ella me dijo ‘no seas tonta, vete al aeropuerto y pon tu película en un vuelo a Miami’. Cinco días después aparecen mis fotos en una página y media de la revista Time, la misma que me había despedido. Me convertí en la ‘niña bonita’ porque tenía las fotos del golpe, pero había sido todo pura casualidad”.


 “Hace 30 años años mis fotos eran algo valioso para los extranjeros. Ahora las fotos les pertenecen a ustedes.”

En 1983 Human Rights Watch de Nueva York la contrató para fotografiar y escribir informes sobre Guatemala, trabajo que realizó hasta 1988. Al preguntarle si temía por su vida, Jean-Marie contesta que no, y es que los extranjeros tenían un trato distinto, pues de ser lastimados o algo peor, podrían haber repercusiones para el Gobierno. “Ya para el 83 los grupos armados tenían muchísima más confianza en mí porque habían visto mis fotos y trabajo. Con el ejército yo era honesta y les decía “yo vengo aquí a fotografiar la realidad guatemalteca” y eso lo respetaban. Sin embargo a veces me sentía un poco asustada pues todos los teléfonos estaban intervenidos y siempre cerca de mi hotel se quedaba una panel.

Durante su estadía en Guatemala, se alojó por años en un apartamento en la Sexta Avenida de la zona 1. Sin embargo, salía mucho al interior del país en donde sus mayores contactos eran religiosos, con quienes se tenían mucha confianza y quienes le dieron mucha información. Jean-Marie fue testigo de masacres, conoció y tuvo relación con personas que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas como Ana Elizabeth Paniagua; Héctor Gómez y Rosario Godoy del GAM (Grupo de Apoyo Mutuo), documentó las secuelas de enfrentamientos, los cuerpos torturados de las víctimas y el día a día de distintas comunidades del interior del país.

En 1987, Jean-Marie publicó el libro “Guatemala: Eternal Spring, Eternal Tyranny” (Guatemala: Eterna Primavera, Eterna Tiranía”. Se publicaron 15,000 ejemplares y el libro se agotó en 2 años. Sin embargo, cuando salió la primera edición el libro estaba prohibido en Guatemala. Al regresar a Estados Unidos, Simon estudió derecho en Harvard, se casó y se convirtió en mamá. “Pensé que mi época en Guatemala había pasado, pero no me di cuenta del significado que podían tener mis imágenes dos décadas después. En 2008 me enteré que en Guatemala se había dado una charla acerca de mis fotos, vine de nuevo al país y me metí de lleno a sacar los libros en español, que siempre había sido un sueño mío. De allí a la fecha he vuelto más de 45 veces a Guatemala. En mis visitas he tratado de volver a los lugares que había estado hace 30 años y fotografiar el mismo lugar de nuevo.”

“Veo un gran cambio pues ahora tu te sientas en la plaza central de un pueblo y es alegre. Ves a los niños de los colegios divirtiéndose, coqueteando y con sonrisas. Durante la guerra nadie tenía energía para correr por las calles o perseguir a una chica, todo el mundo estaba débil y con la mirada esquiva. Hoy en día las personas salen a manifestar, quienes lo hicieron en la década de los 80’s pagaban un precio muy alto.” Actualmente las fotos tomadas por Jean-Marie Simon se exhiben en las paredes exteriores del Palacio Nacional y miles de personas han tenido la oportunidad de observarlas.


“A veces una foto lo dice todo y produce una reacción muy fuerte, pero yo casi nunca veo una foto que no se mejore con un texto.”

Fotografía: Jean Marie Simon
Redacción: Maria Lorena Contreras


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