TE DEJÓ EL TREN
¡Ay mija!, ¿cuándo se consigue un marido porque ya está grandecita?, ¿y el novio para cuándo?, ¡Arreglate más que por eso no tenés novio!, ¿pero sí te gustan los hombres, verdad?, preguntas indiscretas con las que nos bombardean a todas pero que hemos aprendido a evadir, sobre todo si en nuestros planes no figura un anillo, un marido, una casa y una larga lista de etcéteras.
Dentro de nuestro equipo contamos con distintos perfiles de mujeres que piensan, sienten, aman, se expresan y opinan, como decimos en buen chapín, ‘a su modo’. Hay diseñadoras gráficas, comunicadoras, abogadas, mercadólogas. Somos tan diferentes que cada sesión resulta una aventura para generar la revista que llega a tus manos cada mes. Alrededor de la mesa nos conocemos, tratamos de ser más tolerantes y empáticas, así como decir lo que pensamos y sentimos.
Definimos los temas a tratar en cada sección según lo necesite la edición y mayo no era la excepción. Es imposible desligar el mes con el día de la madre como también con la imprudente (aunque a veces bien intencionada) pregunta “¿y usted para cuándo?” a quienes tienen un proyecto de vida cuya misión principal no es un matrimonio. No nos malinterpreten, apoyamos y creemos en el matrimonio. Apoyamos a las mujeres que se levantan todos los días al lado de sus esposos y sus hijos e hijas, pero entendemos que también hay otros tipos de mujeres, aquellas que aman su soltería o que quizás quieren envejecer sin ser madres. A todas las respetamos y admiramos por tener el valor de decidir qué camino seguir, por tomar su decisión y saber lo que desean para ellas mismas, sin ceder a presiones.
Estamos conscientes que tenemos el privilegio de elegir cuando hay tantas mujeres, adolescentes y niñas, en el país que aún deben soportar el peso cruel del machismo en un matrimonio arreglado, violaciones por parte de un familiar, falta de acceso a servicios de salud y educación. Nos sentimos comprometidas con ellas, luchar porque, en un futuro decidan qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo y que este sea privilegio de todas y no de un grupo reducido.
¿Y usted para cuándo?
Me permito transcribir y añadir puntos de vista personales a comentarios y vivencias que surgieron desde nuestro equipo.
Si desde los 24 te preguntan por qué no te has casado con tu novio de 8 años y por tu mente solo circula terminar la tesis, continúa con la meta que te trazaste. Constrúyete. Si entre tus planes no está tener bebés porque has visto a tus amigas con hijos y crees que es una tarea muy intensa para ti, ¡está bien, tú puedes decidir sobre tu cuerpo y el tipo de relación que deseas vivir! Como madre puedo decir: la maternidad no es para todo el mundo.
Te recomendamos dejar que la vida te sorprenda, que las cosas sucedan cuando deben y no comer ansias. Hay quienes tienen amigas que han llegado a enfermarse psicológicamente por la presión que la familia y la sociedad ejerce sobre ellas. A quienes estén en la misma situación: ¡Tranquila, no vale la pena sufrir por aquello en lo que no puedes intervenir! Tú tienes el control y poder para elegir la clase de vida que deseas, si las cosas suceden de forma distinta, ¡adáptate! No hay aventura más maravillosa que aquella que no planificaste.
¡Es mi vida, yo elijo y creo mis propias reglas!, ese puede ser el mantra a repetir cada vez que te bombardeen con preguntas acerca de por qué no tienes novio. Empieza enamorándote de ti misma, conociendo qué te gusta y qué no, trazando un plan de vida personal, logrando todo aquello que alguna vez deseaste: aprender otro idioma, conocer algún sitio apenas explorado, inicia una nueva carrera, emprende…
No hay una edad ideal para casarse. Debes re programarte. Recuerda que quienes repiten constantemente esta misiva pertenecen a otras generaciones y así como ellas ofrecen su punto de vista, tú puedes ayudarlas a comprender a esta nueva generación.
¡Súbete a tu propio tren y disfruta el viaje!
