Sebastián López Durán: compartiendo su mundo a través del arte

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Sebastián López Durán es un artista guatemalteco que, sin necesidad de decir una palabra, logra expresarse en el mundo a través del arte. De pequeño, Sebastián fue diagnosticado con Síndrome de Asperger, un síndrome que forma parte del autismo. Sin embargo, el autodidacta desarrolló una habilidad en la pintura que dio inicio al movimiento Aspergart.

Su madre, Rosaria Durán, descubrió el talento de su hijo cuando él tenía 17 años y lo encontró pintando el restaurante de su esposo en la base de madera de su cama. Desde ese entonces, ella se ha encargado de todo aspecto de la profesión del artista. El arte de Sebastián ha ido evolucionando con los años. Hoy en día, sus obras son un tipo de diario personal en donde los colores, las texturas y las formas expresan y representan sus más grandes metas y deseos.

En sus cuadros se puede observar como él ha desarrollado una afinidad por dibujar tanto mujeres con ojos grandes y boca pronunciada, como personajes religiosos. Además, sus pinturas suelen contar con figuras cubistas y objetos que pueden apreciarse en diferentes ángulos; ilusión que crea a través de la yuxtaposición de formas y figuras y de personajes que tienen únicamente un ojo. La textura de la mayoría de sus cuadros es creada con el uso de oleo, pastel, acrílico y esmalte.

Sus pinturas se pueden reconocer y diferenciar por los colores encendidos que usa, por sus dibujos fuertes con textura y por las frases que escribe en diferentes partes de sus obras, las cuales expresan lo que pasa por su mente en los momentos que pinta.


“Las manos son muy importantes para Sebastián, en muchos de sus cuadros lo que le gusta es dibujar abrazos mostrando el sentimiento que hay entre las personas, algo que quizá no puede demostrar físicamente, así que lo hace por medio de sus pinturas”. – Mamá de Sebastián.

Sebastián ha tenido varias oportunidades de vender sus cuadros, y hoy por hoy, ha logrado que éstos se compren en Guatemala así como también en Inglaterra, Italia, Francia y Estados Unidos. Sus logros han sido varios; ha recibido premios por parte de la Fundación Rozas Botrán, ha participado en Juannio y ha tenido dos exposiciones individuales: una en Galería Ático llamada El Mundo Interno de Sebastián y otra, este pasado diciembre, en la Embajada de México titulada Aspergart.

La historia de su hijo inspiró a Rosaria a crear, junto con la Fundación Rozas Botrán, el curso de vacaciones Centro Ocupacional Espacial Laboral Integral (COELI) en la zona 14. COELI es un espacio que invita a personas con algún tipo de trastorno a pintar y a crear arte.

Aunque el arte es gran parte de su vida, el sueño más grande de Sebastián es poder poner un restaurante tal y como lo hizo su papá hace 15 años. Hoy, a sus 29 años, una de sus metas es tener su propia exposición en Miami. Actualmente está incursionando en la escultura y, sus obras escultóricas, al igual que sus pinturas, representan y comparten el increíble mundo interno en el que él vive.


Redacción: Rita Arévalo

Fotografía: Gonzalo Marroquín

 

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