WOMAN TO WATCH: MÓNICA LAGUNAS

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A UN CLICK DE CONTAR HISTORIAS Y CREAR MOMENTOS 

Mónica Lagunas creció rodeada de cámaras, rollos, químicos y un cuarto oscuro porque su papá, Antonio Lagunas, era amante de la fotografía. Desde siempre fue muy pegada a él, entonces lo ayudaba a revelar, a meter los rollos que hacían a mano en la refri de su casa, entre otras cosas. Él fue quien le encendió la chispa y el amor por la fotografía y al mismo tiempo con su novio ahora esposo, José Antonio López, compartían el mismo gusto. Mónica recuerda que salían a todas partes del país para tomar fotos, era su excusa para conocer lugares y aventurar. ¡Y todavía lo siguen haciendo, 20 años y 2 hijos después!

Al terminar la universidad, Mónica trabajó como diseñadora por muchos años en distintas agencias de publicidad hasta que se dio cuenta que tenía demasiado trabajo por su cuenta. Además de ser diseñadora gráfica en medios tradicionales, Mónica se adentró al entonces mundo nuevo de las páginas web. En ese entonces nadie en Guatemala conocía que era eso, ella fue una de las primeras que se aventuró a diseñar y programar páginas web. Todo lo que englobaba la palabra “internet” lo fue aprendiendo en el transcurso del tiempo hasta que se volvió lo que es hoy.

Después de algunos años, quedó embarazada de su primer hijo, José Andrés. En ese momento, Mónica tuvo que frenarse un poco profesionalmente porque su embarazo fue muy complicado y él nació prematuro. Sin embargo, nunca tiró la toalla. A pesar de dejar el diseño de páginas web, se dedicó de lleno al área de diseño.

En la búsqueda de alguien que le tomara fotos lindas a su hijo, Mónica no encontró nada fuera de lo tradicional y nada que la convenciera.

“¡Decidí tomárselas yo, pues ultimadamente yo sabía cómo hacerlo reír! ¡Y funcionó! Mis amigas las vieron y ahora ellas querían que les tomara fotos a sus hijos, y sus amigas también a sus hijos y así sucesivamente. Así dejé el diseño.”

Con la filosofía de sacar lo mejor de lo que esté fotografiando, Mónica se adentró al mundo de la fotografía.

“Si es una foto de colegio, quiero que ese niño saque su mejor sonrisa, su mejor expresión; si es una mujer, quiero que sienta que está en el mejor momento de su vida y que se sienta más linda que nunca; si es una pareja que entró peleando al estudio, quiero que salgan de la mano cuando se vayan y que olviden sus problemas; si le estoy tomando a un cementerio quiero que genere esperanza y no solo tristeza; si es un paisaje quiero que cuente una historia y no solo que se vea bonito… hasta algo tan triste como la realidad de un pueblo en desgracia, quiero contarlo desde otro punto de vista, que cuente una historia alegre, llena de vida…”

La fotografía le ha enseñado a Mónica a ver y entender la vida desde diferentes ángulos y perspectivas, pues no se trata solo de presionar un botón sino conlleva muchísimo más de lo que uno cree.

 “Para mí, la fotografía se trata de recolectar experiencias, convertir momentos en recuerdos, en conocer gente y hacerla feliz, en unir familias, en crear tradiciones, en ver más allá de un rostro una expresión auténtica, en hacer que un lugar transmita un sentimiento, en plasmar una escena contando una historia, pero sobre todo en divertirme haciendo lo que más me gusta. Como diría un buen amigo, yo no esperé a que la inspiración llegara a mí… yo la busqué y luché por convertirla en mi pasión. Me emociono en planear día a día cómo puedo apasionarme aún más.”

Uno de los proyectos que más ha llenado la vida de Mónica es uno que empezó en Cuba, a raíz de la invitación de un amigo para que participara en un taller de fotografía. En esa experiencia tuvo la oportunidad de conocer y fotografiar a muchas personas que le regalaron sonrisas y momentos especiales. Cuando regresó a Guatemala, no podía dejar de pensar que todas esas personas nunca verían sus fotos y menos allá, pues tener una fotografía es casi imposible. Así que decidió imprimirlas todas y regresar a regalárselas. Mónica regaló más de 250 sonrisas y esa vez, llegó con una impresora portátil para regalarle sus fotos a todo aquél que posará ante su cámara. ¡En total fueron más de 500 personas! Alegría inundo el corazón de Mónica al ver tantas emociones y vivir tantas experiencias inolvidables.

“Fue una satisfacción indescriptible que me dejó con ganas de hacer más, así que empecé a hacer el mismo proyecto en el interior de Guatemala. En este proyecto quise capturar la diversidad de colores que usamos los guatemaltecos, desde nuestros trajes típicos hasta como nos expresamos. Esta recopilación representó cómo hemos creado una cultura mágica que se caracteriza por la alegría de su gente.

Este mismo proyecto lo ha realizado en diferentes partes del mundo: varios lugares de Estados Unidos, Alaska, Bahamas, Europa y próximamente Panamá.


El legado de Mónica es que las personas que fotografía vean su foto como una experiencia que vivieron con ella y no como una impresión estática, que se sumergan en una serie de recuerdos lleno de detalles. Para lograr esto, Mónica cambió la industria de la fotografía en Guatemala los últimos doce años a través de diferentes maneras:

  • Cuando empezó a tomar fotos de Navidad, no quería que las personas tuvieran que ir a un centro comercial a hacer colas enormes por un par de clicks, tener que posar frente a todo el mundo y conformarse con lo que saliera. Para cambiar esto, Mónica daba citas con horarios, a puerta cerrada, con más tiempo y varias tomas para asegurarse que todos salieran bien en las fotos y contentos del estudio. Los protagonistas eran todos, no solo los niños. ¡Ahora hasta llevan mascotas!
  • Cuando empezó a tomar fotos de colegio, no quería sacar la típica foto del niño sentado en un banquito sino quería que se relajaran para lograr capturar su esencia. Así que literal los tiró al piso y creo escenarios atractivos para que actuaran con espontaneidad.
  • Cuando empezó a transformar la mentalidad de que solo las personas que tienen “look de modelo” pueden tener glamour shots, pues con la iluminación y motivación indicada, todos pueden salir bien en una foto.
  • Cuando propuso la opción de tomarse fotos familiares temáticas, creando diferentes escenarios para que las personas pudieran compartir momentos memorables y divertidos con sus seres queridos. ¡Ahora hay familias que crearon tradiciones familiares en el estudio y la visitan todos los años!

Sin duda alguna, Mónica es una persona apasionada, trabajadora y emprendedora que se propone metas y actúa hasta cumplirlas. Por lo mismo, siempre se reta para dar la mejor versión de ella misma en todo lo que hace. Actualmente tiene varias propuestas para internacionalizarse y está en constante actualización de técnicas y tendencias fotográficas. A la vez, mantiene una vida balanceada entre su familia, el ejercicio, el trabajo y la fotografía.

“Me encanta trabajar hasta altas horas de la noche pues no me alcanzan las horas del día, me parece que dormir es un desperdicio de tiempo cuando la vida nos da tanto que hacer, cuando me muera dormiré lo que no dormí antes”.

Mónica es muy agradecida con sus clientes y amigos que la han visto crecer y que la han apoyado incondicionalmente. Y también con su familia—su esposo, Tono e hijos José Andrés y María Fernanda—por ser su razón de ser, su motor y su alegría de vivir.


Redacción: Isabel Moino

Fotografías: Mónica Lagunas y Pepe Valenzuela


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