WHY ARE YOU SO SCARED? Los miedos de tus hijos

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WHY ARE YOU SO SCARED?

Cómo detectar de dónde vienen los miedos de tu hijo

Por: Maria Andrée Neumann

Ilustración: Lyona

Ilustración: Lyona

El miedo, en general, es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario que provoca desconfianza e impulsa a creer que ocurrirá un hecho temeroso. El miedo se relaciona con la ansiedad, de acuerdo a su intensidad y frecuencia.

El miedo es provocado por lo no existente o por lo existente, es allí en donde comienzan los miedos de los niños; ya que antes de los ocho años poseen un pensamiento concreto y no tienen la capacidad para imaginar. El pequeño a esa edad mantiene la capacidad para representar únicamente sobre lo que sus sentidos captan. Esto quiere decir que si el objeto de miedo no lo puede palpar o sentir, tendrá mayor miedo. Después de los ocho años ya posee la capacidad para entender lo no existente, ya que se lo imagina aunque no esté presente el miedo.

El miedo es una emoción normal, necesaria y adaptativa; algunos de ellos serán pasajeros y no representarán ningún problema. Por lo general, los miedos se inhiben en etapas infantiles, sin embargo, dependiendo del miedo puede persistir hasta la edad adulta.

Según estudios, se clasifica los miedos de acuerdo a la edad del pequeño, sin embargo, debemos recordar que todos los niños son diferentes. De 0 a 1 año de edad, presentan temores a estímulos extraños o violentos y ante la separación con los padres. De 2 a 4 años se desarrollan los miedos infantiles, los cuales aparecen como una protección delante a peligros. De 4 a 6 años se mantienen los miedos de la etapa anterior, pero van incrementando por el pensamiento concreto; por ejemplo miedo a los truenos, máscaras, quedarse solos, dormir solos, etc. De 6 a 9 años ya pueden discriminar las representaciones inexistentes, como a un mundo fantástico o el temor a seres imaginarios. Después de los 12 años los miedos se reducen a animales o a estímulos concretos relacionados con algo personal o relaciones sociales.

Fotografía: DevianArt

Fotografía: DevianArt

Debemos entender y tener claras estas etapas para poder darnos cuenta si los miedos de sus hijos están siendo adaptativos, como mencioné anteriormente. Debemos estar atentos a que todos los niños son diferentes, así que no precisamente deben pasar por todos los miedos e inclusive pueden tener diferentes o mayores miedos. El miedo se convertirá en patológico o anormal, en el momento en que se convierta en irracional, intenso y recurrente. Allí es donde debemos parar las antenas para detectar y poder solucionar. Los miedos pueden ser provocados por diferentes factores internos o externos, no los podemos evitar, pero podemos prevenir que nuestros niños sufran de más.

A continuación ejemplo de cómo puedes ayudar a tus hijos a no sufrir de más con los miedos. Trata de no asustarlos con historias de fantasmas, brujas u ogros. Debes decirle que estos personajes solo existen en cuentos o películas. No te rías de los miedos que tu hijo expresa, si tu hijo siente que te estás burlando de sus miedos sentirá desconfianza. Anímalo a que comparta sus temores contigo. No generes más miedo del que ya tiene. Tu hijo necesita tener seguridad y confianza. No lo obligues a pasar situaciones las cuales teme, los miedos no se superan enfrentándolos repentinamente, al contrario lo puede intensificar. Puedes acompañarlo a que se acostumbre poco a poco.

Lo más importante es mantener siempre una buena actitud y transmitirle empatía, esto le dará estabilidad emocional y sabrá que no está solo.

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