FASHION HISTORY: 1960 – 1980

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DRESS FOR REHEARSAL

1960 – 1980

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EL TEATRO MODERNO Y SU VESTUARIO

“En realidad si el director y los actores manejan a cabalidad el hecho escénico podrían actuar en ropa interior y la gente imaginaría el vestuario”, Guillermo Monsanto.

Desde la revolución de 1944 y durante la década de los años 50, la tradición teatral dio paso a nuevos grupos y autores nacionales y extranjeros que planteaban los problemas sociales y políticos, que antes no eran mencionados dentro de dicho medio artístico (Móbil, J. 2002).

Durante la década de los años sesenta y ochenta en Guatemala, la rama artística del teatro se dividió en social, política y de entretenimiento, entre obras clásicas y comedias. Fuertes mensajes, corrientes e ideologías surgían de las diferentes compañías como la del teatro de la Universidad Popular. “En ese tiempo, el teatro en Guatemala estaba siendo llevado hacia dos lados distintos, uno de ellos era bastante político, usualmente de la UP” nos cuenta Dick Smith, actor y reconocido director de teatro, maestro y de quien el teatro del IGA lleva actualmente su nombre.

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“¿Que por qué comencé en teatro? Eso es simple. Me gusta la gente. Comencé teatro en Guatemala para conocer gente, conocer a los guatemaltecos”, Dick Smith.

Su trayectoria comenzó años después de su suegro y luego de trabajar en fincas de café. “En ese entonces no conocía a nadie más que a los vecinos al norte, sur, este y oeste de la finca. Además viajaba constantemente de Guatemala a Oklahoma para visitar a mi familia. Un día hubo una erupción volcánica que forzó la cancelación del vuelo. Entonces la agente de viajes me dijo: si quieres conocer a más personas, deberías de meterte a teatro. Ella actuaba y me invitó a uno de los ensayos, en el que supuestamente se haría una selección de casting. Al llegar allí era evidente que el director ya tenía los papeles dispuestos para cada uno. Pregunté si había algo en que yo pudiera actuar. Me dieron una única línea que decía: –Oh! Pardon me, I didn ́t realize anybody was here! – Actué tan mal que me pusieron a vender anuncios para el programa. Ese día salí a la sexta avenida z. 1, entonces donde estaban los comercios más importantes, y entraba en los negocios a entablar conversaciones con los dueños. Fui el primero en vender tantos anuncios para un programa. Así que puedes adivinar quien obtuvo el papel principal en la siguiente obra”, nos cuenta riendo. Esa primera obra en la que actuó fue Dialing “M” for Murder.

La compañía del Community Theather of Guatemala estaba integrada por extranjeros, personas que, como nos explica Dick, no tenían lugar en la discusión política del país. “Quienes integraban la compañía, la razón por la que estaban allí era para socializar. La mayoría trabajaba para el gobierno de Estados Unidos de una forma u otra, o en las fincas en donde ese segmento del negocio se hacía sin hablar español. Pusimos en escena obras ambiciosas. Fue en el CTOG que me ofrecieron ser director permanente. Fue algo que realmente me llamó la atención. El reto con el que me encontré fue donde montar las obras. Así llegué a montar la primera, Midsummer Night’s Dream de Shakespeare en el Teatro al aire libre del Teatro Nacional. No solamente dirigí y actué, sino también fui quien servía los poporopos”.

Fue en esta obra que se unió por primera vez a él su esposa Dialma Smith, quien más adelante sería reconocida por sus actuaciones estelares y su aporte artístico a la puesta en escena y diseño del vestuario del teatro. “La primera vez que Dialma actuó fue en el ensayo de esta obra. Ella tenía miedo porque jamás había actuado frente a nadie. Y aquí estaba, frente a los actores. Muy tímida entró en esa noche fría y comenzó a leer sus líneas. Ansioso, yo miraba los rostros de los demás actores para ver cual era su reacción. Así que subí a los asientos y me percaté que la podía ver a ella, pero no escuchaba una sola palabra de lo que decía. Grité: ¡Dialma! ¡Habla más fuerte! A lo que ella respondió: Dick, estoy hablando lo más fuerte que puedo, pero si tu no puedes oírme no puedo gritar más y tampoco puede ninguno de los que estamos aquí abajo. Los actores comenzaron a aplaudir y desde ese día ella se convirtió en la mediadora entre los actores y yo”.

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“Seguían diciendo que debían hablar conmigo acerca del teatro y yo decía: ¿Qué tiene que ver un Smith con el teatro en Guatemala?”, Dick Smith.

Desde entonces, juntos montaron más de 17 obras en las que actuó Dialma, y Dick a lo largo de su trayectoria realizó más de 70 obras, entre comedias, musicales y operetas. Al terminar con la CTOG, Dick decidió emprender su propio proyecto teatral en la casa de zona 4 conocida como Teatro del Puente. La primera obra que montaron allí fue I Do, I Do, una comedia musical que tuvo un gran éxito, en la que el vestuario fue una bata de bodas de Dialma de Christian Dior.

La expresión cultural, social, política y artística que se da a través de la moda y el vestuario, no ocurre únicamente en las calles, las tendencias o las épocas. También ocurre sobre las tablas, en distintas ramas artísticas y una de ellas es el teatro.

“Yo me encargaba del vestuario” nos comenta Dialma, “hacía las investigaciones, buscaba inspiraciones, dibujaba y compraba las telas. Tenía una costurera muy buena que me ayudaba con la confección, le decíamos Mariíta de cariño. También para la obra de Camelot, mi tía Jenny Feltrín, me hizo los vestidos. Y también en algunos me ayudaba Silvana Beberini, una mujer italiana que confeccionaba alta costura en Guatemala. Ella vestía a las hijas del Presidente. A mí me hizo mi vestido de novia. Eran unos trajes bellísimos. También tenía que conseguir pelucas. Una de las dos operetas que hicimos fue inspirada en el vestido imperio de Josefina, la esposa de Napoleón. Allí tuvimos que usarlas. La otra fue Mikado de Gillbert & Sullivan, una obra japonesa. Conseguir los detalles y las pelucas era un trabajo complicado”.

ALGUNAS DE LAS OBRAS PARA LAS QUE DIALMA DISEÑÓ FUERON:

  • El burgués gentil hombres, Molière
  • Mi bella dama
  • Camelot
  • Oklahoma
  • Mikado
  • Cándida
  • I Do, I Do!
  • La familia real 
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“Uno de las obras que más éxito tuvo que montamos fue My Fair Lady en la que Dialma fue la protagonista. “Nosotros realizábamos comedias y a la gente le gustaba muchísimo, ya que al mismo tiempo los guatemaltecos estaban involucrándose en el teatro con un mensaje político fuerte, intentando cambiar la escena del país en ese momento. Yo no podía hacer eso, como estadounidense no era mi lugar hacerlo. Así que montamos obras más ligeras y fueron un éxito”, nos cuenta Dick.

A Guatemala llegaron dos actrices reconocidas de Broadway, una de ellas Helen Haze, que en ese momento era la actriz más destacada. “Cuando Helen vino a Guatemala se quedó enamorada del país. También le gustaba mucho como actuaba Dialma. Así fue que me preguntó si no tendría ninguna obra en la que ella pudiera actuar, y entonces escribí La herencia de McCritchet. Fue la primera obra que publiqué. Willy Monsanto amó esta obra, que desafortunadamente cuenta con un solo acto, y desde entonces el la ha montado y ha creado los demás actos para al menos completar 90minutos”.

ALGUNAS DE LAS 70 OBRAS QUE PUSO EN ESCENA DICK SMITH, FUERON:

  • Cinco (ya que se unieron las compañías de teatro alemana, francesa, italiana, estadounidense y guatemalteca)
  • Oklahoma!
  • Hazte el quite, doña Queta
  • No Panic On The Titanic!
  • Amadeus
  • La casa de té de la luna de agosto
  • Ten Little Friends In
  • Mikado
  • I Do, I Do!
  • Candida
  • A Midsummer Night´s Dream 

“Realmente es una larga historia que comenzó de pronto, cuando yo tenía 19 años y, una vez iniciada, se quedó para siempre en mi vida. Como cuando escuché por primera vez a Donna Summer, el teatro se me metió en el alma para ir tomando mi atención por el resto de mi vida”, Guillermo Monsanto.

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Guillermo Monsanto es un apasionado y talentoso director de teatro que ha dedicado su vida al arte en Guatemala y a la difusión del mismo. Su reconocimiento llega más allá de las fronteras y de sus obras más importantes que ha puesto en escena se encuentran Bodas de Sangre, Lilly Munster y Alicia en el país de las maravillas, La barca de Caronte , el Huésped, Prohibido suicidarse en primavera, Esto no es una pipa, Viento Negro (teatralizada por Guillermo), entre muchas otras. “Esto llegando a unas 100 obras dirigidas. Y cada año tengo más trabajo” nos cuenta.

Sobre la escena del teatro en 1981 cuando Guillermo comenzó a involucrarse nos cuenta que, “los que giraban en torno a la Universidad de San Carlos y los que trabajaban teatro de esencia política-social, estaban en peligro. Fue un momento riesgoso para los idealistas que arriesgaban su vida. Por el otro lado había un teatro comprometido con el arte y que no hacía panfleto con su trabajo. Entre ellos los más visibles eran Teatro Centro, Dick Smith y desde 1981 Alma Monsanto.

Artistas que buscaban una forma distinta de expresión liberada del texto social. Todavía no existían las “huitecadas” que estaban por nacer desprendidas de una muy buena obra llamada La epopeya de las indias. Entre los autores más populares estaban los que giraba en torno al teatro social y político: José Manuel Arce y Hugo Carrillo, poco más adelante con otros contenidos Manuel Corleto y Rubén Nájera; Dick Smith, por supuesto, Douglas González Dubón. Habría que hacer un pe- riplo para visualizar a los directores activos en el GADEM, TAU, Metropolitano, IGA, Teatro del Puente, Teatro de Cámara o la UP. Espacios que estuvieron muy activos y sujetos al escrutinio constante de las autoridades de la época”.

Sus actuaciones comenzaron con Hello Dolly y la Viuda alegre. “De ésta aterricé en el grupo de Dick Smith con mi primer protagónico en 1985: Nuevas caras del 85 en la pesadilla de un actor. Trabajé algunas cosas más para ese ingenioso hombre y desde 1989 me obsesioné con una obra escrita por él y que siempre ha sido un exitazo de taquilla; La herencia de McCritchet, la cual he dirigido muchas veces pero jamás he podido actuar y eso me tiene picado. Esa década del ochenta fue muy variada y con trabajos musicales interesantes, entre ellos Vaselina. Fue divertido y en esos trabajos convencí a la gente que sabía bailar y cantar (cosa que en realidad no era del todo cierto, pero me las arreglaba bastante bien) y los trabajos de esta índole fueron llegando uno tras otro”.

“En la década de los noventa trabajé bajo la tutela de dos directores que se salían del promedio, Luiz Tuchán y Consuelo Miranda. Me guiaron por separado, cada uno con su método, y me llevaron de la mano a otro estadio teatral. Me hicieron sentir el arte como responsabilidad y con ello despertaron una pasión que aún fluye con la misma fuerza en mi corazón. Poco a poco dejé atrás las comedias y los musicales para enfrentar el hecho escénico desde otra perspectiva más intensa y comprometida. Más adelante, cuando doña Conny se enfermó, me dejó la dirección del grupo que habíamos formado con otros compañeros, CETAU (Cooperativa experimental de teatro alternativo)”.

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LA INDUMENTARIA DEL TEATRO INDÍGENA 

El teatro indígena se remonta a épocas pre- hispánicas, en donde las representaciones consistían en relatos de mitos, peregrinaciones, descripciones de pueblos antiguos, de seres extraordinarios, dioses y hombres, obras magníficas que dieron forma a la cultura de los pueblos indígenas quienes las preservaron a través de la tradición oral. Una de ellas aún sobrevive: Rabinal Achí. Este baile combina el teatro con la coreografía que se presenta en enero en honor al santo patrono San Pablo y consta de varias escenas repartidas en cuatro actos.

El traje del Rabinal Achí es representativo de este baile folklórico y se caracteriza por sus grandes detalles y prendas elaboradas de terciopelo en colores verde, rojo y lila, además de ser adornados con flecos dorados en las orillas. El traje se compone de saco y pantalones largos y llevan sobre los hombros una pequeña capa llamada gola. También incluyen sombreros, bicornios y tricornios, coronas, gorras, máscaras, cabelleras o pelucas, casacas o guerreras llamadas pecheras que complementan con chinchines y sonajas, espadas y plumas (García Escobar, C. 1996).

Estos son confeccionados con distintos elementos y reflejan las maneras de vestir españolas durante la época de la Conquista y la Colonia. También incluye una corona con plumas de colores, un plato de cobre con dijes colgantes que les sirve de resonador en la mano izquierda y una hacha de madera con pañuelos de seda de colores que simboliza el instrumento del sacrificio en la derecha. Dentro de los personajes se encuentra la doncella U Chuch Gug quien utiliza una pequeña corona en la cabeza y su indumentaria representa a las mujeres de Rabinal. De la misma manera se viste Ixoc Muy, otro personaje a quien se le añade una máscara, una larga cabellera y una corona de plumas. Ambos personajes también usan el hacha del sacrificio (García Escobar, C. 1996).

Los cargadores de los escudos de águilas y tigres se visten de celeste y amarillo respectivamente, además de un sombrero de plumas de colores y un velo blanco que les cubre el rostro y en la espalda llevan un escudo de madera adornado con tela, papel y plumas de colores (García Escobar, C. 1996).

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