Woman To Watch: Wendy Samayoa

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Cuando somos niños nos encanta imitar los pasos de nuestro personaje favorito. Repetimos lo que dice y las canciones se quedan grabadas en nuestra mente por mucho tiempo.

Wendy Samayoa es maestra de párvulos y propietaria de Wendy Samayoa Eventos. Entre planificaciones y asesorías de todo tipo, lo que más disfruta es cantar, bailar y actuar para complacer a niños y niñas de todas las edades, un público bastante exigente.

Todo comenzó a los 18 años cuando Wendy y una amiga creaban trabajos manuales que se caracterizaban por un alto nivel de detalle y originalidad. Sus demás amigas se percataron de aquel arte y comenzaron a pedirles obsequios para sus novios y amigo@s. Fue así como se dieron cuenta que era una buena oportunidad de negocio, por lo que comenzaron a vender diferentes detalles para aniversarios y pedidas de mano.

Con el tiempo, sus rumbos comenzaron a llenarse de clientes, compromisos y nuevas ideas. Wendy empezó a trabajar como maestra en preschool en donde aprendió a identificar todas aquellas actividades que más disfrutan los niños.  Tomó mucha experiencia y ahí fue donde se percató de cuánto disfrutaba montar shows para los niños. “Me gustaba mucho disfrazarme, bailar y cantar con mis niños, y así decidimos empezar armando celebraciones de cumpleaños y piñatas también”, dijo.

Pero pronto, Wendy tuvo que ocuparse de su nuevo trabajo en donde estuvo por 4 años; al mismo tiempo continuó con su empresa. Su trabajo en el área de mercadeo de una empresa multinacional la obligaba a trabajar de traje formal, muy diferente a sus divertidos trajes de entretenimiento infantil.

Allí aprendió muchísimo de negociaciones con proveedores, la importancia de un excelente servicio al cliente y alta calidad en su trabajo.  Con todos estos años de experiencia nació la inquietud de dedicarse únicamente a su gran pasión.  “Hasta que un día decidí arriesgarme y probar. Por supuesto tuve miedo porque no sabía qué pasaría, pero estaba confiada en que Dios tenía un buen plan para mí”, comentó.

Así fue como renunció a todo lo que conocía como seguro. “Fue la mejor decisión que tomé. Nunca me arrepentí porque me encanta mi trabajo. Me derrito por completo al ver los rostros de los niños cuando me meto en el papel, les cuento una historia o bailo con ellos”.

Hace unos seis años, una amiga debía presentar “El Show de Bubba” que se llevaría a cabo en un Centro Comercial, pero tuvo un accidente. En ese momento llamó a Wendy para que la apoyara haciendo la presentación y, sin dudarlo, lo hizo. A pesar de tener los nervios de punta porque nunca había actuado, cantado o bailado sola, se arriesgó. Desde entonces, Bubba y Wendy son inseparables.

Ahora cuando voy por la calle escucho que me dicen: ‘¡Ahí va Bubba!’ o me llaman la ‘mamá de Bubba’. Aunque se escuche raro, estoy muy identificada con él“.

Hoy por hoy, Wendy Samayoa Eventos cuenta con paquetes de entretenimiento completo; entre princesas, superhéroes y títeres hasta shows musicales, decoraciones y candy stations“.

Además de su negocio principal, Wendy también se especializó en clases de estimulación temprana, servicio que ofrece a domicilio. Sus pequeños clientes empiezan clases desde las 4 semanas de vida. “Me encanta ver cómo las clases de estimulación hacen la diferencia. Se nota cuando un niño ha sido estimulado y los papás quedan felices”.

 

Mis tardes son de clases, eventos, gimnasio y llegar a mi casa para armar cotizaciones o proyectos pendientes. Soy una persona trasnochadora, y aunque me cuesta madrugar, me toca hacerlo para estar lista al día siguiente“, nos comentó sobre su día a día.

 

Wendy es un ejemplo de que esforzarse y arriesgarse por un sueño trae grandes recompensas. Necesitamos cambiar el chip y atrevernos a dedicarnos a lo que nos apasiona, para ser felices cuando trabajamos y no trabajar para ser felices.


 

Por Daniela Quintero 

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