Isabel Tejada

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Un mundo pintado de colores y luz

Una mujer que llena de luz cualquier lugar a dónde llega y que contagia de energía, alegría y positivismo a quienes se encuentran a su alrededor. Además es una sobreviviente, que le ha hecho frente a todas las pruebas que se han puesto en su camino.

Isabel, es la mayor de 6 hermanos, mamá de 4 hijos: Alexandra, Christine, Carlos Enrique e Isabella y feliz abuela de 4 nietos. Desde pequeña la llaman “Bel” como diminutivo de su nombre, sin embargo su mamá siempre ha dicho que eso es lo que ella es, una campana (bell en inglés), pues es alegre y bulliciosa.

A Isabel le encanta la gente, le gusta compartir, disfruta la música, el tenis, los deportes y ama el arte en todas sus manifestaciones. “La pintura ha sido una pasión en mi vida y he tenido la oportunidad de participar en exposiciones privadas y colectivas en Guatemala y el exterior.”

La forma de enfrentar la vida y las pruebas que ésta conlleva, ha ido forjando poco a poco, pero intensamente, su camino. Su hermana mayor, Margarita, falleció en un accidente de tránsito. “Fue una pérdida devastadora para toda la familia, sin embargo nos hizo darnos cuenta cuanto nos queríamos y nos necesitábamos, lo que intensificó el amor entre nosotros”.

Años después, cuando nació su hija menor, Isabella, el médico le dijo que ella tenía Síndrome de Down. “La noticia me causó un dolor inmenso, sentía como que me desgarraban mi corazón. Lloré tanto, que hoy pienso cuánta lágrima desperdicié, sin ni siquiera imaginar la felicidad que ella nos iba a dar. Hoy lo sé y me siento agradecida, Isabella vino a llenarnos la vida de amor, a todos los que tenemos la dicha de tenerla cerca”. Más recientemente, a inicios del 2014, Isabel fue diagnosticada con cáncer de seno y después de una masectomía y un tratamiento específico, hoy se encuentra en remisión. “Uno nunca está preparado para estas noticias, pero hoy, después de este año y medio, me siento inmensamente afortunada, más fuerte y trato día a día de ser una mejor persona. La gratitud con Dios es inmensa, abro los ojos cada mañana y le agradezco por mi vida y la de los míos”. 

“Cada experiencia me ha ido cambiando, puliendo un poquito. La muerte de Margarita me hizo realizar que la vida es corta, así que en vida es cuando uno debe amar, abrazar y compartir con los que queremos. El nacimiento de Isabella fue como un tsunami para mí que me sacudió ‘hasta las entrañas’. Dios me mandó un regalo pero en envoltorio especial y, al abrirlo, descubrí cuan maravilloso y dulce reto tenía entre mis manos… mi hija especial, quien le puso ojos a mi corazón. Ahora más que nunca, valoro el amor de mi familia, de mis amigos y sobretodo mi salud.”

A raíz del nacimiento de su hija mejor, Isabel conoció a un grupo de 8 mamás con hijos con Sindrome de Down. Juntas empezaron a pensar en el futuro de sus hijos y de todos los niños con trisomía, así nació la Fundación Margarita Tejada.

“Lo que inició como un sueño, se ha convertido en una institución reconocida nacional e internacionalmente, en la que hemos atendido a más de 5,000 familias y donde actualmente asisten diariamente 480 niños, jóvenes y adultos con Síndrome de Down. Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este síndrome, para que sean incluidas en la sociedad y hemos logrado realizar campañas exitosas para hacer conciencia de lo valiosas que son cada una de estas personas. Poco a poco hemos ido rompiendo paradigmas, cambiando el ‘no pueden’ por ‘sí pueden aprender, sí pueden trabajar y sí pueden ser incluidos, si se les da la oportunidad’. Me hace sentir orgullosa ver los alcances que se han ido logrando, porque nuestros chicos con Síndrome de Down son luchadores y lo que han logrado les ha costado el doble”. 

Más allá de todas las lecciones que Isabella le ha enseñado a su mamá, también en cierta manera, le salvó la vida. “Ella padece hipertiroidismo y desde los dos años, le saco exámenes de sangre 3 veces al año. En un principio, para que ella no tuviera miedo, yo me sacaba sangre primero, luego Isabella y esto, con el tiempo se quedó como nuestra actividad compartida. Fue así que en enero del año pasado fuimos juntas a sacarnos sangre. Para mi sorpresa, al tener el resultado me llamaron para decirme que me habían encontrado el índice tumoral de la mama elevado. Ese día empezó lo que sería mi viaje por el mundo del cáncer”. 

El haber tenido un diagnóstico a tiempo y una masectomía completa, ayudó a que su recuperación fuera muy buena. En noviembre pasado fue su última operación y todos los exámenes que le han realizado hasta la fecha han sido positivos. “Hoy puedo decir, SOY UNA SOBREVIVIENTE, feliz, afortunada y agradecida por el regalo de vida que Dios me dio. Me ayudó siempre el amor de los míos. Estuve siempre rodeada de mi familia y de mis maravillosas amigas, ‘las Miercoleras’ con quienes nos conocemos desde hace más de 50 años, cuando estábamos en kinder, con quienes hemos crecido juntas y celebrado siempre nuestras alegrías y llorado nuestras tristezas. Todo el amor y apoyo que recibí es invaluable, porque no hay nada más poderoso que el amor y nunca me he sentido más amada que durante toda esta prueba”. 

Hoy en día, Isabel ve cada día nuevos retos y nuevos sueños que pueden hacerse realidad. Una de sus ilusiones más grandes, es un proyecto con Isabella, su hija. “Ella estudió en un colegio regular, se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras y su sueño era ir a la universidad. Tristemente no la aceptaron en dos universidades por tener Síndrome de down. Lo que no saben es que esta chica de 18 años, tiene una gran fuerza y deseo que raya en pasión, así que al no ser aceptada, buscamos otras opciones. Actualmente asiste feliz a la academia Tijeras, en donde recibe corte y confección, por las tardes recibe clases de diseño de vestuario por computación, ya está diseñando piezas y abrió un blog para compartir sus logros”. 

Hace 40 años, la mamá de Isabel tenía un atelier de costura en el que diseñaba ropa utilizando tejidos típicos, algo muy novedoso en esa época. Su línea se llamaba Xjabelle. Sin embargo decidió cerrarlo tras la muerte de su hija, Margarita. Hace algunos años, su hermana decidió revivirlo lanzando una línea de bolsas, faldas y accesorios, siempre utilizando tejidos típicos. “Cuando Isabella decidió empezar a coser, mi hermana y su hija la invitaron a ser parte del nuevo proyecto y así nace su marca que se llama Down to Xjabelle. Hace unos meses hizo 9 diseños de bolsas para jóvenes y luego empezó a hacer cojines utilizando piezas con huipiles y jaspes, adornados con borlas y pompones, ambos fueron un éxito. Así que ella, con el amor y el apoyo de la familia, está decidida a lanzar su propia línea de ropa, diseñadada para chicas con Síndrome de Down, pues les es difícil encontrar ropa juvenil y moderna ya que ellas son en su mayoría de baja estatura, constitución más gruesa y extremidades más cortas, por características propias del síndrome. Así que esta es una nueva aventura que Isabella, mi hermana, mi mami, mi sobrina y yo estamos empezando a vivir con mucha ilusión. Lo mejor está por venir”. 


Redacción: Maria Lorena Contreras

Fotografía: Javier Asturias

Peinado: Eddy Uker

Maquillaje: Ana Lucía Guzman

Vestuario: Adolfo Dominguez

Joyería: Maison Escarlata


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