EMPORIUM: LA TRAYECTORIA DE UN SUEÑO

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65 AÑOS DE VESTIR AL HOMBRE GUATEMALTECO 


Los inicios del fundador Don Ernesto

Don Ernesto Antonio Morales Santos nació en la finca Santa Isabel, en Villa Canales, en el seno de una familia humilde conformada por sus padres, nueve hermanos y tres hermanas. Desde muy pequeños, trabajaron con su padre en las diferentes labores que se les asignaban como la reparación de cercos y darle mantenimiento a los cafetales, entre otras. Entre los recuerdos más preciados de Don Ernesto, está cuando visitaba la capital con su padre, ya que compartía tiempo valioso con él y, en ocasiones, le compraba prendas de vestir de alta calidad que no se encontraba en las aldeas.

De empleado público a emprendedor

Durante un poco más de 10 años, Don Ernesto trabajó en puestos importantes como empleado público. Primero fue Contador General en Nueva York y luego fue nombrado Cónsul General de Guatemala en Canadá y en 1949, fue sustituido en ese trabajo, empezando así, la búsqueda de su independencia económica de regreso en su hermosa Guatemala. El mes de junio de 1950 comienza con el pilar de su futuro exitoso y que sigue hasta hoy en día, Emporium, un pequeño negocio especializado en la venta de trajes para caballero.

En los años cincuenta, los caballeros vestían de traje diariamente, por lo que estos eran una pieza fundamental para los hombres. En Guatemala, existían ventas de tela de buena calidad para confeccionar trajes, tiendas que los vendían y sastres que se dedicaban a confeccionarlos; pero ningún negocio que fuera especializado en el proceso completo, acompañado de un asesoramiento personalizado. Es así como el dueño y visionario, Don Ernesto Morales, identificó esta oportunidad para ser la primera tienda en ofrecer calidad garantizada a los hombres guatemaltecos.

Emporium, pioneros en la confección de trajes sastre en Guatemala

Cuando nace el proyecto, junto a su esposa, Estela de Morales, quien fue su apoyo incondicional y sus hijos, busco un nombre que representara su visión y es así como surge Emporium, un nombre elegante y sofisticado que significa “establecimiento comercial grande con mucha variedad”.

En Emporium se ofrecía una gran variedad de productos, entre ellos una nueva línea de trajes de caballero de la prestigiosa marca, Hart Schaffner & Marx. Estos trajes, los novedosos productos de alta calidad y el trato personalizado que Don Ernesto ofrecía fueron la carta de presentación del negocio, posicionando a Emporium como la tienda que abrió el camino para la moda masculina en Guatemala.

Al principio todo era importado, pero en 1966 su visión lo lleva a completar el círculo de la venta de un producto, abriendo la primera fábrica mercantil de trajes para caballero en Guatemala. Así logra iniciar la confección de los trajes, importando telas de muy buena calidad y empleando mano de obra calificada. El diseñador internacional Paul Colletti fue quien estableció los estándares de patronaje y mucha de la técnica de la fábrica, además, se contrataron asesores norteamericanos para comenzar la operación, así como personas claves que trabajaron en los patrones y asesoraron los estándares de calidad del producto. Esto último fue muy importante, ya que la esencia de Emporium sería sustituir el producto importado por el producto local, ofreciendo la misma alta calidad. Se puso especial cuidado en el desarrollo de los patrones para que los mismos fueran óptimos para el cuerpo del hombre guatemalteco, pieza esencial que ha caracterizado a la marca. Sus tallajes fueron diseñados especialmente para el hombre guatemalteco y centroamericano con estudios y medidas de cientos de ellos.


“En 1950, la moda guatemalteca se basaba en las tendencias que los trajes importados ofrecían y los guatemaltecos se adaptaban a estas propuestas. Con el inicio de la confección local, se adaptaron los trajes al estilo de vida del hombre guatemalteco con propuestas únicas en cuanto a diseño, moda e innovación.”

 El hombre “Emporium”

Esta exigencia comenzó a formar al hombre Emporium, un hombre elegante, con estilo propio que refleja su personalidad y que aprecia la calidad de los detalles. Un hombre que se esfuerza, día a día, por ser exitoso en todas las áreas de su vida y marcar una diferencia personal y profesional. Confía en sí mismo y, con el estilo elegante que adquiere con las prendas Emporium, transmite esa misma impresión a las personas con las que se relaciona.

A través de las décadas la moda masculina se ha ido transformando, al igual que los gustos, el estilo de vida y la forma de pensar del hombre guatemalteco. Sin embargo, el buen vestir se ha mantenido como un elemento clave para proyectar su personalidad y esencia.

La marca se ha esforzado por darle al hombre guatemalteco una propuesta de cómo vestir elegante en cualquier ocasión. No solamente con el traje tradicional, sino cualquier otra prenda que necesite como parte de su vida diaria.

La marca cuenta con alternativas actuales e innovadoras, sin nunca dejar atrás la comodidad y demostrando que vestir casual no significa dejar de ser elegante y estar a la moda.

Una visión a futuro 

El hombre actual tiene requerimientos universales en cuanto a estilo, elegancia y calidad, es por ello que la marca ha afinado su modelo de negocios para atender a todos los que buscan elegancia y sofisticación.

Hoy en día la marca se sigue renovando para adecuarse a las tendencias actuales. Emporium continúa trabajando en sus patrones, productos e imagen de marca, para brindarle al consumidor guatemalteco un producto creado para él.

El legado de Don Ernesto predomina hasta hoy y, como él siempre aseguró, en manos de gente joven, el destino de la marca perfilaría más brillante que nunca. Emporium ha trascendido a través de las décadas y como familia, han sabido llevar el negocio con especial cariño y cuidado, estableciendo el camino para las futuras generaciones.


Redacción: María Lorena Contreras

Fotografías: Cortesía de Emporium


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